miércoles, 2 de septiembre de 2009

Nunca más

Tomado de granma.cubaweb.cuEl 1 de septiembre, hace hoy 70 años, la Alemania hitleriana, con su agresión a Polonia, daba inicio a la Segunda Guerra Mundial

DEISY FRANCIS MEXIDORmailto:MEXIDORFrancis_mexidor@granma.cip.cu

Los libros de historia narran la tragedia: 4:45 de la madrugada, 1 de septiembre. A esa hora, 70 años atrás, se estremeció el planeta, cuando el acorazado alemán Schleswig-Holstein alistó sus cañoneras y abrió fuego contra la base polaca de Westerplatte, cerca de Gdansk.


Este grupo de niños calcinados posan ante el “médico” tras un experimento sobre la resistencia humana a los cambios de temperatura.











El ataque, sin previa declaración de hostilidades, fue el detonante de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Ya hacia finales de noviembre de 1937, el führer Adolfo Hitler había considerado que Alemania estaba suficientemente armada y bien dirigida por el partido Nazi para emprender la conquista del espacio vital que, según esgrimían, necesitaba la nación alemana.
El nazismo, una ideología nacionalista, afirmaba el afán de expansión y conquista de otros territorios, exaltando la superioridad de la raza germánica y el anticomunismo.


La invasión a Polonia fue el punto de partida de la tragedia causada por Hitler.
El fascismo fue criado por los enormes capitales que le fueron concediendo los imperialistas de los Estados más importantes, entre ellos, EE.UU. Gran Bretaña y Francia. Los gobernantes de estos países, asustados por el ascenso del movimiento revolucionario en Europa, empezaron a cooperar activamente y a resucitar el militarismo germano, confiando en emplearlo para aplastar la acción revolucionaria y libertadora y preparar la agresión contra la Unión Soviética.
Así, entre 1924 y 1929, Alemania había recibido, en concepto de crédito, cerca de 21 mil millones de marcos, principalmente de EE.UU. e Inglaterra. Hacia mediados de los años 30, esta suma había ascendido a 27 mil millones habiendo aportado los capitalistas estadounidenses el 70%.
En tanto la mitad de las materias primas y de los materiales necesarios para la industria de guerra fue suministrada por Inglaterra, Francia, EE.UU. y los países controlados por estas potencias.
La humanidad fue sumida en un conflicto bélico sin paralelo. Casi 70 millones de víctimas, ciudades enteras, campos, carreteras, centros industriales, monumentos históricos fueron arrasados¼ como trágico saldo de la contienda.
Se pretende ahora distorsionar la historia, pero fueron la resistencia y el espíritu del pueblo soviético quienes jugaron el papel más importante y llevaron la mayor parte del esfuerzo para garantizar la derrota del militarismo nazi y sus aliados de aquel momento.
Hoy preocupantes brotes de grupos neofascistas, neonazis, especialmente en Estados Unidos y Europa, levantan fuerza con la complicidad de esos gobiernos. El recuerdo de la Segunda Guerra Mundial sigue vivo en una humanidad que se resiste ante una nueva barbarie, testimonio de una verdad que no se puede enterrar.