martes, 13 de julio de 2010

Los CJC ante la Huelga General del 29 de Septiembre

Los y las comunistas de los CJC y el PCPE llevamos meses reclamando la Huelga General a través de mítines en la calle, actos públicos, en movilizaciones y a través de la propaganda y las mesas en las calles.

Durante todo este tiempo hemos tratado de organizar -en la medida de nuestras posibilidades- la respuesta de la juventud trabajadora ante la crisis capitalista. Dentro de dos meses y medio, la clase obrera tiene su primera convocatoria de Huelga General a escala de todo el Estado Español y todos y cada una de nuestros militantes harán el mayor de los esfuerzos para convertir esa jornada en un avance de la combatividad y la capacidad de organización de los y las trabajadoras.

Sin embargo, creemos que los sindicatos y organizaciones obreras han perdido un tiempo precioso, con discursos dubitativos y pactistas, en unos casos, y por la debilidad numérica de los más combativos. La primera huelga general estatal se va a dar en la fase de máxima agresión del capital contra la clase obrera.

De hecho, podemos distinguir dos fases en esta crisis. La primera significó el incremento masivo del gasto del Estado, en ayudas a los bancos y socialización de las pérdidas, coincidiendo con un proceso imparable de destrucción de fuerzas productivas y, por tanto, incremento del paro. En esta fase, la socialdemocracia en el poder combinó las ayudas a la oligarquía con un discurso de no tocar las medidas de “protección social” a la clase obrera.

Todo eso es historia, pues en la segunda fase de la crisis, se han tomado de forma enérgica y combinada, numerosas medidas anti-sociales contra la clase obrera. La subida de los impuestos indirectos restan capacidad adquisitiva de forma no progresiva y sirven para financiar las ayudas a la banca. Por otro lado, los recortes salariales a los funcionarios y el resto de medidas del paquete aprobado en mayo son una burla al programa electoral socialdemócrata votado por la mayor parte de la clase obrera hace apenas dos años y, especialmente, la reforma laboral supone una agresión directa para cargar los costes de la crisis sobre la clase obrera.

La juventud y la clase trabajadora hemos visto como el Gobierno del PSOE anunciaba una tras otra medidas antipopulares ante la impasibilidad de las direcciones de CC.OO. y UGT que sólo decidieron convocar una jornada sectorial contra los recortes del 5% al sector de los trabajadores de la administración pública y funcionarios. Han tenido que esperar al anuncio de una reforma laboral –cuyo contenido antiobrero era más que previsible- para contemplar la convocatoria de huelga a 3 meses vista, en un contexto en el que el capitalismo europeo plantea a los trabajadores de todos los países de la U.E. duros planes dirigidos a empeorar sus condiciones de vida, a liquidar el llamado Estado del bienestar y asegurar una salida de la crisis favorable a los más ricos.

La juventud sufrimos las medidas de la reforma laboral, pero además tenemos también una serie de realidades que agravan nuestras condiciones de vida. La crisis capitalista ha convertido a una juventud que ya padecía precariedad laboral y temporalidad generalizada en nuevos parados. En contra del discurso neoliberal, la flexibilidad laboral facilita el incremento explosivo de las cifras de paro, especialmente en un país en el que ha pinchado la burbuja inmobiliaria y en el que buena parte de la juventud trabaja en el sector servicios ligado al turismo estacional.

Pero el problema no es únicamente el modelo escogido, sino el sistema que origina todas estas catástrofes: el capitalismo.

El capitalismo sólo tiene dos formas de salir de la crisis: con mayores cotas de explotación a la clase trabajadora -camino que ya han tomado con las recientes medidas- y a través de nuevos mercados sin explotar: privatizaciones o una guerra imperialista.

El camino de la privatización lo conocemos bien desde la juventud, como demuestra el Plan Bolonia y otras medidas que afectan al sector de la enseñanza, donde el capital público aún juega un papel importante. No es de extrañar, pues, que en plena crisis capitalista se haya hablado de Pacto por la Educación y que la Ley de Economía Sostenible contemple medidas relativas a la Formación Profesional y a un cambio de “modelo”.

Los CJC somos conscientes de que quienes lanzan esa convocatoria de Huelga General para el 29-S son los mismos que históricamente han prorrogado una y otra vez el pacto social desde los Pactos de la Moncloa hasta hoy, aceptando las conversaciones Gobierno-Patronal, y una concesión tras otra y siendo, por tanto, responsables directos de la pérdida y retroceso de derechos de la clase trabajadora y así lo señalamos en cuanta oportunidad tenemos.

Igualmente somos conscientes de que la preparación y la movilización de las bases de estos sindicatos pueden verse frenado o torpedeado por esas mismas direcciones y que esa huelga puede estar motivado por la necesidad de mantener las esperanzas entre sus afiliados, con los ojos puestos en el “dialogo social”.

En estos días ya oíamos al secretario de CC.OO. reconocer como su objetivo central el alcanzar un «Gran acuerdo político y social que defienda la economía y el empleo», esto es, la palabrería habitual que envuelve una reedición del funesto «dialogo social» que se demuestra una herramienta al servicio de los intereses de la estrategia del capitalismo español y por tanto inviable para conquistar derechos de los y las trabajadores.

Las debilidades del conjunto de la izquierda revolucionaria del Estado español en el plano sindical y del movimiento obrero, así como la todavía insuficiente implantación de las opciones sindicales llamadas alternativas o de clase, con excepción del caso de Euskal Herria y otros muy concretos, nos impide pensar en otros escenarios más favorables que estuviesen a la altura para responder a la ofensiva de la patronal y el capital europeo.

Es por eso que, teniendo en cuenta las condiciones que la realidad nos impone, los CJC trabajaremos por el éxito de esa convocatoria del 29-S, con un planteamiento y una acción enfrentados a las direcciones sindicales reformistas, opuestos al pacto social, contra la reforma laboral y los recortes sociales y llamamos a todas las expresiones del movimiento juvenil combativo a activarse desde ahora en este sentido y a unir esfuerzos de cara a esa fecha y en adelante ya que el sentido estratégico para las oligarquías europeas de todas las medidas antisociales va a requerir de una lucha y una acumulación de fuerzas en sentido contrario por un periodo prolongado si queremos conseguir que la crisis no la paguemos la juventud y la clase trabajadora..

Consideramos que lo más importante de cara al trabajo en adelante es:

• La urgencia de estrechar relaciones, al calor de la lucha, entre la izquierda revolucionaria y las bases más conscientes y combativas, así como con comités de empresa y plantillas de empresas en conflicto, etc.

• Incorporar a experiencias de lucha combativa a toda una generación de jóvenes y de trabajadores.

• Extender la idea de la importancia de la movilización, el rechazo a la reforma laboral y todas las medidas antipopulares.

• Denunciar la estrategia de pacto social de los sindicatos amarillos y dar pasos para converger hacia una alternativa del sindicalismo de clase y combativo.

¡El 29-S a la Huelga General!
¡Ni recorte social ni Reforma Laboral!
¡La crisis capitalista que la paguen los ricos!