domingo, 16 de septiembre de 2012

Los CJC ante las medidas antiobreras y las luchas estudiantiles del nuevo curso


La lucha contra las medidas antiobreras y antipopulares

Comenzamos este nuevo curso político en el marco de una ya desarrollada ofensiva contra los derechos de la clase obrera a todos los niveles. Las diferentes baterías de medidas antiobreras y antipopulares ejecutadas por los diferentes gobiernos al servicio de la oligarquía financiera, se plasmarán de manera más que notable en el plano de la educación y la enseñanza. En su sed insaciable por frenar la caída de su ganancia debido a la crisis de superproducción que ellos mismos han generado, los empresarios y banqueros no han dudado ni dudarán en recortar todo tipo de ayudas, becas, prestaciones o cualquier forma de salario indirecto que revierta en beneficio de la clase trabajadora.

El anterior curso académico estuvo marcado por la lucha defensiva de miles de estudiantes de clase obrera y extracción popular, así como de diferentes trabajadores del sector de la enseñanza (fueran personal docente o no docente), por frenar las diferentes medidas: la subida de las tasas para acceder a diferentes niveles de enseñanza, el recorte de las diferentes becas y ayudas al estudio, el empeoramiento de las condiciones laborales de diferentes sectores de trabajadores relacionados, la expulsión por diferentes vías del profesorado y personal no docente al desempleo, la consecuente masificación de las aulas de estudio, la privatización de diferentes servicios necesarios para la comunidad educativa, etc. Estas luchas expresaron el anhelo de toda la clase obrera por defender los derechos que años atrás, en pie de lucha, habían conseguido. Sin embargo las mismas se han demostrado insuficientes y ahora al comienzo del nuevo curso académico vemos no sólo cómo no han sido frenadas, sino que además empiezan a aplicarse de manera íntegra. Las consecuencias serán ahora más que evidentes.

Las medidas de la oligarquía aceleran la elitización de la universidad

Estas consecuencias se notarán rápidamente. El proceso de elitización que la oligarquía lleva desarrollando durante los últimos años, con la implantación de medidas como el Plan Bolonia o la preparación de la Estrategia Universidad 2015, se ve drásticamente acelerado con las medidas que la oligarquía utiliza para buscar una salida dentro del capitalismo a la actual crisis estructural que está sufriendo. Las diferentes medidas aplicadas expulsan a grandes capas de la clase obrera de la enseñanza universitaria y restringen el acceso a los módulos de formación profesional para intentar así frenar la masificación de esta modalidad.

El número de estudiantes que accedían a la enseñanza universitaria había crecido a partir del comienzo de la crisis económica debido a que muchos jóvenes que no podían acceder a un trabajo debido a la situación económica que se desarrollaba buscaban ampliar su formación. En esta lógica de 1.498.465 matriculados en la enseñanza universitaria 2007/2008 se ascendió a 1.633.183 matriculados en el curso en el curso 2010/2011. Por otro lado unos 568.962 alumnos se matricularon en el curso 2010-2011 en la enseñanza de formación profesional (representando esta cifra un aumento del 6,4% respecto al año anterior), estando de los mismos un 49% cursando un grado medio y un 45% un grado superior. La lógica de los jóvenes trabajadores y de extracción popular ante la tentativa de no encontrar empleo era aprovechar para mejorar su formación; sin embargo la oligarquía, en su sed de recuperar la ganancia perdida con la crisis, pondría en marcha las diferentes medidas antiobreras anteriormente descritas. El aumento de las tasas universitarias a una media de un 66% (variando en función de cada comunidad autónoma y según sea la primera, la segunda o la tercera matriculación), la reducción presupuestaria de 166 millones de euros destinados a diferentes becas y ayudas o el considerable aumento del coste de inscripción en los módulos de formación profesional (llegando a superar los 300 euros en varias comunidades autónomas).

Las diferentes medidas aceleran en muy poco tiempo el proceso de elitización de la enseñanza. Todos los jóvenes de clase obrera y extracción popular que buscaban un refugio en la educación pública ante la imposibilidad de encontrar trabajo, se encuentran ahora con grandes dificultades para acceder a la universidad y a la formación profesional. La oligarquía, demostrando la ineficacia del capitalismo en crisis, expulsa a estos jóvenes de las aulas para enviarlos hacia un futuro sin oportunidades laborales, un futuro de paro. Al cerrar las puertas de las aulas, éstos se ven obligados a buscar empleo en los centros de trabajo; lo cual supone un beneficio para los empresarios ya que así podrán empeorar las condiciones laborales del conjunto de la clase obrera para aumentar la explotación (“Si no aceptas las condiciones que te pongo, vendrá otro como tú o mejor que tú para cubrir tu puesto”).

Mientras tanto, el dinero que han arrancado a toda la clase obrera en forma de reducción de becas, aumento de tasas, privatización de diferentes servicios y otras tantas medidas, pasa a disposición del conjunto de los oligarcas a través del Estado, utilizándolo para rescatar sus bancos, mejorar la posición de sus compañías y perfeccionar las herramientas de represión ante posibles protestas.

¿Es necesario que recordemos quién sale finalmente ganando?

Pasar de la defensa al contraataque. De la resistencia contra las medidas concretas a la gran batalla por construir otra sociedad

Las medidas de la oligarquía para recuperar su ganancia atacan directamente al conjunto de la clase trabajadora. Tras las luchas parciales por tal o cual derecho, por tal o cual mejora, se esconde una gran batalla de la clase trabajadora por mejorar sus condiciones de vida frente a una la clase burguesa que aspira a aumentar su ganancia a costa del trabajo gratuito de la clase explotada. La resolución de este conflicto sólo puede avanzar en dos direcciones: o bien el sostenimiento de la dictadura capitalista, fundada sobre la explotación de los trabajadores, o bien la construcción de las bases del nuevo poder obrero y popular que acabe con la tiranía actual y construya una nueva sociedad dónde las trabajadoras y los trabajadores gestionen la economía según sus intereses y mediante sus propios órganos de decisión.

Cualquier lucha parcial que intente obviar este contexto general estará abocado a una derrota estrepitosa. Las condiciones de vida de la clase obrera y los sectores populares no van a mejorar dentro del capitalismo.
La dinámica defensiva del movimiento estudiantil se muestra insuficiente. Las diferentes formas de resistencia que se articulen no pueden quedar en un simple rechazo a tal o cual medida, sino partir de la denuncia de la misma para señalar el carácter antiobrero y antipopular del sistema capitalista. Por eso mismo no basta con hacer oposición, hay que señalarlas, explicarlas, entender que la raíz de la misma se encuentra en el corazón del propio capitalismo y aprovechar la lucha parcial para organizar a las compañeras y compañeros en estructuras que permitan una larga movilización sostenida por el fin de la explotación y opresión capitalistas.

Por ello mismo desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas apostamos por construir estas bases del poder obrero y popular en los diferentes centros de estudio. En primer lugar, impulsando las asociaciones y colectivos estudiantiles desde los cuales promover asambleas masivas de estudiantes que sirvan como herramienta para el conjunto del estudiantado. En segundo lugar, avanzando hacia la consolidación de una estructura sindical estudiantil única a nivel de toda España que unifique las luchas de todos los territorios y todas las modalidades educativas. Y, en tercer lugar, trazando un sólido vínculo entre las luchas de la juventud estudiante y los trabajadores en los diferentes centros. Las luchas no podrán triunfar si los estudiantes se separan de los trabajadores.

La unidad en los centros de estudios de toda la clase obrera (estudie o trabaje) es la clave para la victoria en las diferentes luchas. La articulación del Frente Obrero y Popular por el Socialismo es garantía de unidad entre las diferentes luchas parciales y concretas que se desarrollan; la articulación del Frente Obrero y Popular por el Socialismo es necesidad para la clase obrera si quiere salir victoriosa.

Comité Central de los Colectivos de Jóvenes Comunistas
Septiembre de 2012