miércoles, 11 de noviembre de 2009

Opinion: LO QUE EL MURO DERRIBÓ



Veinte años después de haber sido derribado el muro de Berlín, los medios de comunicación aseguran que fue un acontecimiento que cambió la historia del mundo. Es sintomático que se festeje a los veinte años, y que no se hubiera hecho a los diez o a los cinco. Se celebra precisamente ahora en plena crisis del capitalismo, cuando los bancos y las grandes empresas de todo el mundo capitalista se hallan en bancarrota desde hace dos años.
Las agencias internacionales de Prensa, portavoces del capitalismo que las mantiene, nos aseguran que fracasó el modelo socialista, porque los ciudadanos residentes en esos países aspiraban al capitalismo. Pero el que ha fracaso estrepitosamente es el modelo capitalista, con el hundimiento de todas las bolsas de valores, con el incremento de las quiebras societarias y el inevitable progreso del desempleo.
Los países capitalistas europeos están llenos de emigrantes llegados de los antiguos países socialistas. Han venido buscando una forma de vida capitalista, y se ven obligados a mendigar, prostituirse o robar por las calles, cuando no a organizarse en bandas armadas para delinquir. Ahora saben lo que es pasar hambre, vivir en la calle, ser perseguidos por las policías, y no tener derecho a nada, excepto contemplar los escaparates de los lujosos comercios.
En los países socialistas no había ricos, pero tampoco había pobres. Toda la población en edad y condiciones de trabajar lo hacía, todos los ciudadanos residían en casas apropiadas sin lujos innecesarios, y además contaban con sanidad y enseñanza gratuitas y universales.
Con el muro se derribó esa seguridad vital, que garantizaba la igualdad de trato a todos los ciudadanos. Ahora en los antiguos países socialistas unos pocos se han adueñado del poder económico, y la población sufre toda clase de privaciones, por lo que necesita emigrar a los países capitalistas en bancarrota.
Lo que el muro derribó fue más que un sistema de vida: hundió una esperanza de vivir con seguridad en el presente y en el futuro, para una población que tenía ideales. Ahora sólo tiene problemas económicos.


ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO III MILENIO